CUENTOS PARA TEATRALIZAR



Esto es un ejemplo de cuentos que se pueden contar mediante títeres o teatro, se podrían aplicar en diferentes apostolados, haciendo las modificaciones oportunas en cada caso.




Volad juntos, pero jamás atados

Autor de esta adaptación: José Luis García


Este relato está inspirado en una vieja leyenda de los indios Sioux norteamericanos. ¿Y por qué?, se preguntará alguno; porque una de las características de las cultura de los indios norteamericanos es el respeto por la naturaleza, algo que hoy día y desde hace tiempo falta de manera alarmante en nuestra cultura.





(En un extremo de la escena podemos ver la típica tienda de los indios norteamericanos).


(Entra el Presentador).


PRESENTADOR.-
Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux norteamericanos que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, un valiente joven guerrero y Nube Azul, la hija del jefe, una de las más hermosas mujeres de la tribu.

(Entran Toro Bravo y Nube Azul cogidos de la mano y en su avance hacia la tienda del brujo, atropellan al Presentador y lo tiran al suelo. Ellos siguen adelante como si nada).


PRESENTADOR.-
(Que se levanta del suelo).


Y digo yo, ¿costaba tanto esperar a que yo saliera?


(No le hacen caso alguno).


Hay que ver esta juventud, tan enamorada y tan alocada.


(Sale Presentador)


TORO.-
¡Viejo Brujo!


NUBE.-
¡Sabio brujo!, queremos consultaros.


(El Brujo entra en escena desde la tienda).


TORO.-
Nos amamos.


NUBE.-
Y nos vamos a casar.


TORO.-
Nos queremos tanto que tenemos miedo, queremos un conjuro, algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos, que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar el día de la muerte.


NUBE.-
Por favor. ¿Hay algo que podamos hacer?


(El Brujo los mira en silencio durante un instante).


BRUJO.-
Hay algo… Pero no sé… Es una tarea muy difícil y sacrificada.


NUBE.-
No importa.


TORO.-
Lo que sea.


BRUJO.-
Bien, Nube Azul, ¿Ves ese monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin mas armas que una red y tus manos, deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas deberás traerlo aquí con vida, al tercer día después de luna llena. ¿Has comprendido?


NUBE.-
Si.

BRUJO.-
Y tú, Toro Bravo, deberás escalar la montaña del trueno, y cuando llegues a la cima encontrarás la más brava de todas las águilas y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Azul… ¡Salgan ahora!


(Después de mirarse un instante, ambos jóvenes salen de escena, uno por un extremo de la escena y el otro por el contrario).

(El Brujo sale de escena por su tienda).


(Entra el Presentador).


PRESENTADOR.-
Pasaron los días y la tribu siguió con sus tareas habituales. Los pájaros cantaban, las nubes se alejaban. Nadie suponía cómo iba a terminar la leyenda, porque por aquella época aún no la había contado nadie.


(El Presentador deambulo un poco por la escena).

Y el día indicado, en el momento preciso, los dos jóvenes llegan al poblado, como si se hubiesen puesto de acuerdo.

(Entran Toro y Nube, cada uno desde un extremo y cada uno con una bolsa entre sus manos. Toro atropella al Presentador y lo tira al suelo).


PRESENTADOR.-
(Que se levanta del suelo).


Y digo yo, ¿costaba algo decir quítate que voy para allá?

(Los dos jóvenes se encuentran frente a la tienda del Brujo).

Si es que hablo yo, y pasa un carro.


(Entra un carro en escena).


Mejor lo aprovecho, que el transporte público está de pena.

(El Presentador se sienta en un extremo del carro y sale de escena de esta guisa).


TORO.-
¡Viejo Brujo!


NUBE.-
¡Sabio brujo!, hemos cumplido con la misión.

(El Brujo entra en escena desde la tienda).


BRUJO.-
Poned las bolsas en el suelo y alejaos unos pasos.

(Nube y Toro hacen lo que les ha pedido el otro).


BRUJO.-
¿Volaban alto?


TORO.-
Sí, sin duda, como lo pediste. ¿Y ahora, los mataremos y beberemos de su sangre?


BRUJO.-
No.


NUBE.-
¿Los cocinaremos y comeremos su carne?


BRUJO.-
Haréis lo que os diga a continuación. Tomad las aves y atadlas entre sí por las patas con unas tiras de cuero. Cuando las hayáis anudado, soltadlas. ¡Y que vuelen libres!


(Nube y Toro se acercan de nuevo hasta las bolsas e inclinados sobre ellas laboran un rato. Al cabo de este tiempo se alejan y podemos ver a las dos aves atadas una a la otra. Intentan volar, pero se estorban una a la otra, atadas como están. Terminan picoteándose la una a la otra).


BRUJO.-
Este es el conjuro. Jamás olvidéis lo que habéis visto, vosotros sois como esta águila y este halcón. Si os atáis el uno al otro, aunque sea por amor, no sólo viviréis arrastrándoos por el suelo, sino que tarde o temprano, empezaréis a lastimaros el uno al otro. Si queréis que el amor perdure, volad juntos, ¡pero jamás atados!


(El Brujo sale de escena por su tienda).


(Los dos jóvenes se toman de la mano y salen juntos de escena).


PRESENTADOR.-
(Que entra).


Y digo yo, ¿costaba tanto soltar a los dos bichos antes de marcharse del cuento?


(El Presentador se acerca hasta las aves e intenta soltarlas, pero estas lo picotean, hasta que cae al suelo y las aves con él).

No pasa nada, no me voy a dormir hasta que no suelte a estos bichos… ¡Pero dejad de picotearme!


(Cae de nuevo al suelo).



Fin










La Liebre y la Tortuga
Autor: José Luis García

Un texto teatral basado en la conocida fábula popular inglesa. Una historia que nos enseña mucho y bien a aquellos que tenemos un origen humilde. Un cuento sobre el esfuerzo, recomendado a partir de los 4 años.
(Entran dos Ardillas, que traen un árbol).

ARDILLA 1.-
Hola, buenas tardes.

ARDILLA 2.-
Somos parte del equipo técnico del teatro.

1.-
Traemos y llevamos la escenografía.

2.-
Noche y día.
(Dejan el árbol en un punto concreto del escenario).

1.-
Adiós, buenas tardes.

2.-
Atentos todos, que comienza la función.

1.-
Bien dicho.
(Salen ambas).
(Entran Perro, Gato -muy elegante con un pañuelo al cuello-, Liebre y Tortuga. Hablan entre ellos, pero no entendemos lo que dicen, y sólo escuchamos un ligero barullo. Así hasta que se colocan junto al árbol).

PERRO.-
(A la Liebre).
Veo que te has recuperado muy bien de la caída.


LIEBRE.-
Así es, amigo. Me dolía tanto la pata que no podía ni caminar. ¡Y correr!, ni intentarlo. Vamos, que puede decirse que era más lenta que una tortuga.
(Ríen todos, menos la Tortuga).


TORTUGA.-
¿Qué has dicho?, pedazo de liebre.

LIEBRE.-
No te ofendas. He dicho que iba más lenta que una tortuga. Y es verdad. Las tortugas no sois, lo que se dice, rápidas.
(Ríen todos, menos la Tortuga).

TORTUGA.-
De acuerdo, no seré rápida, pero estoy segura de que si alguno de vosotros me retara a una carrera, podría ganarla.
(Ríen todos, menos quien tú sabes).


PERRO.-
Harías bien en mantener la boca cerrada.

GATO.-
Ya sabes, de boca cerrada no salen tonterías.

TORTUGA.-
Puedo ganar en una carrera a cualquiera de vosotros.

LIEBRE.-
¡Venga!, acepto el reto. Pronto te darás cuenta que hablas más rápido de lo que corres.

TORTUGA.-
Bien. Pero será una carrera con sus reglas. Y además, no será una carrera corta, todo lo contrario, será larga.

LIEBRE.-
Eres una tortuga loca.

PERRO.-
El reto está lanzado. El Gato y yo seremos el jurado. La carrera comenzará aquí mismo. Llegaréis hasta el río, atravesaréis el bosque y terminaréis en este mismo lugar.
TORTUGA.-
Me parece perfecto.

LIEBRE.-
Esto es absurdo. Esta tortuga no podrá ganarme jamás.

GATO.-
¿No tendrás miedo ahora, verdad?

LIEBRE.-
¿Miedo?, ¿de perder una carrera contra una tortuga? ¡No me hagas llorar!
(El Gato se desanuda el pañuelo del cuello).

GATO.-
Levantaré mi pañuelo en lo alto de mi brazo, lo dejaré caer, y en cuanto llegue al suelo, comenzará la carrera.

TORTUGA.-
¡Perfecto!

LIEBRE.-
Estaré riéndome de ti durante tanto tiempo, que no recordarás como era mi cara cuando estaba seria.
(El Gato levanta el pañuelo sobre su cabeza).


GATO.-
¡Atentos!

LIEBRE.-
¡Uy, qué miedo!
(El Gato suelta su pañuelo, que va cayendo, lento, hasta el suelo).

LIEBRE.-
(Mientras aún cae el pañuelo).
Un inicio de carrera digno de una tortuga.
(El pañuelo llega al suelo, y apenas ha llegado a su destino, la Liebre sale a tal velocidad de escena, que no nos da casi tiempo para verla salir).
(La Tortuga se da prisa en salir, pero casi nos hemos olvidado de la carrera cuando al fin sale de escena).


PERRO.-
Si hemos de esperar a que ambos lleguen a la meta, mejor será tener el estómago lleno.

GATO.-
O lo que es lo mismo: llenemos la tripa, que la vida es breve.
(Salen ambos).
(Entran las dos Ardillas. Cada una de ellas trae un árbol. Los colocan en el escenario).


1.-
¿La vida es breve?

2.-
Será la de ellos, que no deben cargar árboles.
(Salen y enseguida vuelve con dos árboles más, que dejan cerca de los otros):

1.-
¿Aspecto de bosque?

2.-
¡Uhm!, creo que lo suficiente… Y eso que han dicho de llenar la tripa, me ha dado hambre.

1.-
Está todo controlado.
(1 se acerca hasta uno de los árboles, y de hueco extrae una tartera con comida).


1.-
Comamos que somos hermanos.

2.-
Eres un buen hermano.
(Se sientan a comer junto a uno de los árboles, y se dedican a vaciar la tartera de su contenido).
(Entra la Liebre, corriendo, y atraviesa la escena en un suspiro. Las dos Ardillas dejan de comer mientras la otra pasa, y siguen su recorrido con la mirada).


1.-
(Una vez que la Liebre ha salido).
¿Qué ha sido eso?


2.-
Diría que eso, era alguien con mucha prisa.
(Asoma la Liebre por donde saliera).

LIEBRE.-
¿Eso es comida?

1.-
Y muy buena, por cierto. Si tienes hambre, siéntate con nosotros y come.

LIEBRE.-
Es la mejor noticia que ha llegado a mis oídos a lo largo de todo el día.
(La Liebre se sienta con las Ardillas y comen en fraternidad. Hablan, pero no distinguimos lo que dicen. Terminan de comer y primero se duerme la Ardilla 1, luego la Liebre y la Ardilla 2 es la última. Roncan las tres).
(Entra la Tortuga, que viene a todo correr, dentro de su lentitud).


TORTUGA.-
(Mientras sigue su avance).
¿No es ésa la Liebre? Muy confiada la veo.
(Tarda un rato, pero finalmente sale de escena).
(La Luna aparece en lo alto del cielo, atraviesa todo el espacio y sale. Escuchamos el canto de un gallo).


1.-
(Que despierta).
¡Sopla!, hemos dormido mucho rato.


LIEBRE.-
(Que se levanta de un salto).
¿Cuánto tiempo ha pasado?

1.-
Toda la noche y ya el gallo ha dado su primer saludo a la mañana.

2.-
(Que medio se incorpora).
¡Qué pedazo de siesta!
(Canta el gallo).


LIEBRE.-
¡No!
(Sale a todo correr).


2.-
Creo que no le gustan los gallos.

1.-
Es posible. Nosotros también debemos apresurarnos, llega el final de la obra.
(1 se levanta y coge uno de los árboles).


2.-
¿Sí?, yo no le he oído llegar.

1.-
¡Vamos!, te digo.
(1 coge otro árbol y comienza a salir con ellos. 2 se levanta, coge la tartera, la introduce en el hueco del árbol y sale tras su amigo, también con dos árboles. En escena sólo queda uno de los árboles).
(Entran Perro y Gato).

GATO.-
Hemos comido, cenado y hasta desayunado. Se me hace raro que la Liebre no haya llegado aún.

PERRO.-
Los misterios de la vida son infinitos.
(Entra la Tortuga, viene corriendo, a su estilo).


GATO.-
¡La Tortuga!

PERRO.-
¡Ánimo, que casi has llegado!

GATO.-
¡Bravo!

LIEBRE.-
(En off).
Gracias, casi llego.
(La Tortuga llega hasta el árbol que en el que la aguardan el Perro y el Gato).


GATO.-
¡Bravo!

PERRO.-
¡Eres la campeona!

LIEBRE.-
(En off).
Ya os lo había dicho.


GATO.-
¡Eres magnífica!

PERRO.-
¡Has ganado!
(Entra la Liebre, corriendo).

 
LIEBRE.-
Gracias, gracias; ha sido muy fácil.
(De pronto se queda inmóvil, mirando a los otros tres).

GATO.-
La Tortuga es la ganadora.

LIEBRE.-
¿Cómo la tortuga?, ¿y yo qué?

TORTUGA.-
Tú has sido demasiado confiada, y ésta tortuga te ha ganado la carrera.

GATO.-
¡Debemos contar la historia a todos!
(Salen Tortuga, Perro y Gato).

LIEBRE.-
¿Cómo que contar la historia?, ¿qué historia?
(Al público).
Jamás hubo tal carrera. Es mentira. Una tortuga nunca podrá ganarle a una liebre.
(Grita en la dirección en la que salieran los otros tres).
¡Deteneos!, ¿no será mejor que contéis la historia de Caperucita Roja, o la de la Ratita Presumida? ¡Esperad!
(Sale).
(Entran las dos Ardillas).

1.-
Así termina la historia, que nos enseña…

2.-
… Justo aquello que no esconde.
(Cogen entre ambas el árbol que queda y salen con él).


FIN
 


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